El ictus se define como un trastorno brusco del flujo sanguíneo cerebral que altera de manera transitoria o permanente la función de una determinada parte del cerebro. Es un término que procede del latín y quiere decir “golpe”, su utilización fue propuesta por el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV) de la Sociedad Española de Neurología (SEN) para referirse al infarto cerebral, hemorragia intracerebral y subaracnoidea.