El aumento de la obesidad a nivel mundial, es la consecuencia de la baja actividad física y de una dieta rica en calorías y grasas saturadas. Estos factores hacen que aumente la prevalencia de enfermedad metabólica hepática por el aumento de grasa. Las formas clínicas de la enfermedad, van desde una esteatosis simple al inicio hasta una inflamación del tejido hepático como la esteatohepatitis no alcohólica. Esta última, conlleva a un aumento del riesgo de cirrosis y hepatocarcinoma.

La dieta occidental actual, contiene una alta densidad energética, rica en productos procesados que aportan grasas -trans, grasas saturadas y colesterol. Además, la presencia de debidas azucaradas incrementa la grasa visceral y estimula la acumulación de grasa hepática. 

Efectos de los hidratos de carbono y las grasas en la dieta

El efecto de los alimentos ricos en hidratos de carbono con alto índice glucémico, puede influir sobre el depósito de grasa en el hígado. Se ha demostrado una asociación entre un índice glucémico > 58 y el desarrollo de esteatosis hepática (grasa en el hígado). Los últimos estudios, relacionan un consumo de fructosa con un aumento del tejido adiposo visceral (grasa abdominal), hipertrigliceridemia y resistencia a la insulina. También se relaciona una afectación hepática con el consumo de sacarosa. 

En lo referente a las grasas, los ácidos grasos monoinsaturados (MUFA) mejoran la sensibilidad a la insulina a diferencia de los ácidos grasos saturados (AGS). En el estudio RISCK, la presencia en la dieta de MUFA presente en el aceite de oliva virgen extra con ácido oleico mejora el tejido hepático independientemente de la restricción calórica. 

A continuación, se citan algunos alimentos que han demostrado un efecto beneficioso.

Café

Los componentes del café, actúan sobre las vías de señalización que conducen a la disminución de la actividad del factor de crecimiento del tejido conectivo, considerado un estimulador de la fibrosis hepática. Por lo tanto, el consumo habitual de café puede reducir de manera significativa la fibrosis hepática en pacientes con esteatosis. 

Frutos secos

En especial las nueces, presentan un gran poder terapéutico ya que mejoran el perfil lipídico, la resistencia a la insulina y los marcadores inflamatorios y de manera secundaria la esteatosis hepática. 

La presencia de antioxidantes, lo convierten en una bebida con grandes beneficios. El consumo debe ser moderado ya que se han reportado casos de hepatotoxicidad en personas que lo consumen en exceso. 

Aceite de oliva

Los beneficicos del aceite de oliva virgen extra tienen un efecto sobre la resistencia a la insulina, produce una regulación a la baja de los genes asociados con la profucción de grasa hepática y disminuyendo el estres oxidativo en el hígado. Se puede recomendar su uso en aquellos pacientes con enfermedad hepática no alcohólica como parte de una dieta baja en grasa con patrón de alimentación meditarránea. 

Omega 3

Los omega 3 han demostrado que reducen la grasa a nivel hepática. Los omega 3 regulan a la alza la expresion génica de sensibilizadores a la insulina y reducen las vías inflamatorias. El más beneficioso es el DHA (docohexanoico) y en segundo lugar el EPA (eicopentanoico). Se puede recomendar el consumo de pescado azul (2-3 raciones a la semana), siguiendo un patrón de dieta mediterránea. 

Prebióticos y probióticos

Las personas con enfermedad metabólica hepática por acumulación de grasa, presentan una microbiótica disfuncional y esto puede provocar una progresión del daño mediante la rotura de la barrera del intestino delgado y la tranlocación de la circulación sistémica incrementando las citoquinas y la resistencia a la insulina. Los últimos meta-análisis sugieren un beneficio en los niveles de transaminasas, perfil lipídico y resistencia a la insulina. Faltan investigaciones para declarar con más exactitud el tipo de cepas y la dosis específica. Pero sí que podemos recomendar, el consumo de lácteos fermentados por su efecto beneficioso a nivel hepático. 

Vitamina D

Presenta efectos metabólicos favorables y actúa como agente antiinflamatorio y antifibrótico. Nuevos estudios sugieren, que una deficiencia de la vitamina D puede desempeñar un papel patogénico. Se recomiendan unos niveles óptimos de vitamina D. 

La enfermedad metabólica de hígado graso, es causada por una alimentación poco saludable siendo la primera causa de enfermedad hepática en los países occidentales. En su mayoría estas personas presentan obesidad, por lo que sería obligado una restricción de 500 kcal al día para alcanzar una pérdida de un 5% del peso inicial. Dicha restricción, se puede llevar a cabo disminuyendo el consumo de hidratos de carbono o grasa. 

Teniendo en cuenta nuestra área geográfica con patrón de dieta mediterránea, se podrían restringir los hidratos de carbono con alto índice glucémico restriginendo la fructosa eliminando las bebidas azucaradas. Se deve estimular el consumo de 2-3 raciones de pescado azul a la semana, 20 gr de nueces unas 3-4 veces a la semana, 1 o 2 tazas de café al día, lácteos fermentados e ingesta de fruta fresca rica en antioxidantes.